Por otra parte, durante el último Congreso Europeo de Reumatología, médicos norteamericanos presentaron un estudio en el que se analizaron 7.500 casos de pacientes con artritis reumatoide. Cerca de 1.000 de ellos eran fumadores activos, 1.757 habían alguna vez sido consumidores y el resto nunca habían usado cigarrillos. Los primeros presentaban articulaciones sensibles o inflamadas, además de otros factores agravantes de la enfermedad, como nódulos subcutáneos y factor reumatoideo (anticuerpo presente en la enfermedad) en la sangre.
Apoyando estas investigaciones, médicos de la Universidad de Nebraska (Estados Unidos), analizaron 300 muestras de sangre de pacientes, estudio que demostró que el
tabaco modifica los niveles de varias sustancias relacionadas con la inflamación, como las citoquinas y del factor reumatoideo.